jueves, 11 de julio de 2013

¿Qué es estar en la universidad?

¿Estatus? ¿Vida social? ¿Una obligación? ¿Algo que todos hacen? ¿Aprender..? Esperamos 13 años para descubrir el significado de una vida universitaria, debería decir, nos “Preparamos” 13 años.

El hombre es curioso por naturaleza, hasta de su propio origen. Y esta curiosidad lleva a la investigación, la investigación al conocimiento y el conocimiento al desarrollo. La pregunta es, qué tan involucrados estamos todos y cada uno de nosotros.

¿Nos interesa conocer? ¿La universidad promueve el conocimiento?  ¿Estamos realmente investigando? ¿Qué hacemos en clase?

El mundo está creciendo, cambiando más que antes y esta era de la información lo hace cada vez más competitivo. Ante lo conocido surgen nuevas interrogantes y ante las problemáticas, nuevas necesidades. Necesidades que  requieren de capital humano de calidad, capaz de desarrollar medidas, de propiciar soluciones.

Hoy fui a la universidad, sin mucha seguridad, la verdad, de que haya clases. Pero llegué, entré por postgrado porque mis aulas están cerradas, y me encontré con mis compañeros. Esperamos media hora a que llegue el profesor, pasaron dos y nunca apareció. Me dirigí a pregrado y había una revolución: Un grupo de alumnos se había apoderado de la entrada de la casa de estudios. Estaban gritando y alterando el orden (que pocas veces tenemos) porque supuestamente el grupo opositor de unas elecciones había lanzado una bomba lacrimógena en el comedor, esto lo entendí porque le pregunté a la encargada de seguridad (la cual estaba amedrentada con lo que sucedía), a los que protestaban no se les entendía NADA. Y así fue que no dejaron entrar a nadie (solo algunos profesores) y paralizaron el desarrollo normal de clases. Y con esto, no sé, qué lograron.

Y esta es una de las tantas de las realidades que atravesamos en la universidad pública y no solo en Lambayeque sino en todo el Perú. Directivos, maestros, alumnos y administrativos hacen parte de un sistema mediocre, burocratizado, retardador e incompetente.

Esta es una situación que nos afecta a TODOS, la universidad pública es el reflejo de la capacidad del Estado y a la vez, del país. Es totalmente lamentable que los estatutos, las normas y la esencia de la universidad se vea violentada de esta manera.  Como en el caso que describí, por los propios estudiantes,  de los cuales, dudo mucho, su interés académico.

Me pregunto qué futuro nos espera, qué pasará con la educación, con los alumnos, con los niños que alguna vez serán universitarios. La universidad necesita reformación, nosotros los alumnos  la necesitamos.

Se viene promulgando la controversial y polémica Ley Universitaria, que nos incumbe a todos, formemos parte de la entidad pública o privada. Esta rescata la investigación como pilar de la formación universitaria, promueve la autonomía fiscalizada y le da vital importancia a la calidad educativa.

Que tiene carencias, puede ser... No soy una experta del  tema. Pero sí sé  que la educación necesita un CAMBIO, con URGENCIA. Y si esta ley es una luz después de tanta oscuridad, ¿Por qué no apoyarla?

Que se violará la autonomía universitaria, que se politizarán las universidades, que cobrarán por la educación, que no entienden a los alumnos, que quieren manipular las universidades… LOS MANIPULADOS SOMOS NOSOTROS! Nos introducen una idea de autonomía irresponsable, sin fiscalización, que no rinde cuentas a nadie ni da razón de su proceder. Pero no es así, la autonomía universitaria no tiene por qué verse divorciada de las acciones de control que toma el Estado, al contrario, la verdadera autonomía es transparente y, debería ser, de CALIDAD.

No me parece cosa de otro mundo que tenga que intervenir la policía si hay un conflicto con  violencia en una institución universitaria. A quién queremos engañar?? Necesitamos orden y reforma. No nos dejemos instigar  por politiqueros que tienen miedo de dejar de estar en el poder.

Nos piden hacer tesis. Pues bien, ¿Qué hay de malo en eso? La esencia de la universidad es la investigación, que 5 o más años ahí no sean en vano y, por lo menos, sepamos investigar y generar conocimiento para aportar al desarrollo. Es un insulto no creernos capaces de elaborar una investigación completa y fehaciente como lo es la tesis.

En los últimos años ha incrementado en un 60% la aparición de universidades nuevas en el país. ¿Todas están realmente aptas para otorgar un título a Nombre de la Nación? Lo dejo a su criterio. Pero lo cierto es que no hay una exigencia uniforme para todos los centros que pretenden dar un servicio universitario. Es por eso importante la acreditación, como medio para medir la calidad y exigir un estándar de compromiso de las universidades, no solo con el alumno, sino también con la sociedad. No puede haber una desconexión total de la empresa con la academia, de la sociedad con el alumnado, de la universidad con la realidad nacional. Somos los estudiantes los que salimos a ofrecer lo mejor de nosotros a nuestro país, los que nos desarrollamos en la sociedad y hacemos que esta se desarrolle con nuestros conocimientos.

Una ley no va a solucionar todos los problemas que viene acarreando la universidad peruana desde hace tanto tiempo. Es todo un proceso de larga lucha que nos espera, un reto que tenemos que afrontar juntos, si queremos ver una mejora. NO TENGAMOS MIEDO, vamos contra el sistema, contra el estándar y el paradigma que no nos deja creer. 
Todos estos problemas son una oportunidad, de demostrar QUIÉN SOMOS y todo LO QUE PODEMOS LOGRAR.

Estudiantes, reformemos sí, nuestra forma de pensar.

“…Porque la fuerza del Perú es su juventud”